TERAPIAS ANTROPOSÓFICAS

Métodos físicos y cuidados

Baños, envolturas y aplicaciones deben estimular o reforzar todos los procesos vitales en el organismo como respiración, circulación, digestión, metabolismo, génesis y distribución del calor. A la vez es posible la disolución de tensiones. Procesos en un punto de inmovilidad pueden ser de nuevo activados: movimientos intestinales debilitados, flujo sanguíneo y linfático enlentecidos, inspiración y espiración superficiales.

Estas aplicaciones son reforzadas por medio del empleo de aceites esenciales o aceites grasos, esencias, tinturas y pomadas.

El paciente es predominantemente sujeto pasivo en principio, sin embargo las medidas aplicadas desencadenan reacciones activas e individuales en el mismo, que refuerzan y potencian el proceso de autocuración.

El masaje rítmico se basa en el clásico masaje curativo, pero trabaja además con otras técnicas y manipulaciones y también tiene otras metas.

El masaje clásico presiona, golpea y manipula músculos y articulaciones contraídos. El masaje rítmico sobrepasa lo anterior con movimientos rítmicos llevando al movimiento a los fluidos del organismo. Su objetivo consiste en disolver estructuras rígidas para que vuelvan a fluir. Recuerda en esto al drenaje linfático – en contraposición con este el masaje rítmico no se orienta a determinados circuitos ni a un determinado fluido corporal – tiene como objetivo todo lo que fluye en el organismo.

Aceites de masaje especiales, basados en la medicina antroposófica actúan no solamente como medio de masaje sino como portadores de substancias curativas. Tras el masaje una pausa de 30 minutos es obligatoria, para el buen resultado del tratamiento.

El masaje rítmico tiene como objetivo el llevar de nuevo a la ligereza y fluido lo previamente pesado y endurecido o así vivenciado. Una imagen de ello es la acción del sol sobre la planta: aspira sobre luz y calor lo fluido en tallo y hojas hacia arriba. Así se yergue la planta y gana en elasticidad y fuerzas vitales.

El masaje rítmico lleva a una mayor elasticidad corporal y anímica, más despierto y atento.

Calienta y profundiza la respiración, mejora el insomnio, cansancio, agotamiento, dolores, tensiones, éxtasis y muchas otras alteraciones funcionales. También es percibido el cuerpo de otra forma: se tiene la sensación de poder ser uno con su cuerpo aunque este no sea externamente perfecto y existen limitaciones.

El masaje rítmico fue desarrollado en la primer a mitad del siglo XX por las Dras. Ita Wegman y Margarethe Hauschka.

Envolturas y aplicaciones con aceites, tinturas y esencias deben ser cuidadosamente preparadas y adecuadamente temperadas. Aplicaciones y masajes rítmicos estimulan determinadas funciones corporales.

En el masaje rítmico los movimientos y manipulaciones llevan a fluir de nuevo en el organismo a los fluidos circulantes.